Desde muy joven he tratado de encontrar respuestas a las grandes preguntas, buscándolas en las fuentes oficiales: la ciencia, la religión y la filosofía. Y como no encontré nada, traté de resignarme a vivir una vida cómoda y convencional en un mundo absurdo. Pero no pude dejar de buscar, porque es mi forma de ser. Y un buen día leí un libro que me provocó una gran catarsis interior. Y entendí que las respuestas que buscaba estaban disponibles, si me atrevía a dejar atrás las creencias oficiales. Así fue como fui encontrando las respuestas que tanto anhelaba en círculos alternativos y libros de dudosa reputación, y me di cuenta de que este mundo está al revés, porque los saberes oficiales y fiables estaban vacíos, mientras que los contenidos alternativos que ofrecían respuestas eran ridiculizados en los medios y por la sociedad en general. Y desde entonces intento que las respuestas no estén tan ocultas ni estigmatizadas, y las comparto de la forma más amena y accesible que soy capaz, con la esperanza de que muy pronto sean las respuestas oficiales que ofrezcamos a nuestros hijos.